Si no duermo, no hay mañana

Este viento se tapa con mi garganta

y yo con la noche bifurcándose en mis pestañas.

Ya no me queda agua para la sed de mi subsistencia

bajo los efectos del desgano,

la oscuridad de mis manos.

Era una noche furiosa, como la pesadilla. Las amorfas figuras cubiertas con el manto sucio de la oscuridad armonizaban con las dudas que me hinchaban los ojos. Mostaza, la mostaza de las cortinas apestaba; filtración. Siempre apesta. Descubro mi cara. Y mi cama se incendia, mas mis ojos se congelan, porque los siento duros, lejanos y se duermen, se apagan, pero están más grandes y más fijos en la nada, en las figuras amorfas que se deforman por los puñetes del recuerdo añejo. Era una noche furiosa, cuando es, porque éste presente me sabe a mañana y entonces disfrazo a todo con el pasado, por consiguiente, ahora es como era. Las mascaras, en el fondo, parecen calaveras. Fue una noche lacaya, que con su dulce mirada, me convertía yo en ella, y entonces amanecía la monarquía. Me quito el antifaz. ¿Y el alba? No me deja dormir, aunque aún no toca mi puerta, porque mañana o al despertar, que es lo mismo, me preocupa como los ácidos a mi estomago. El sino es un “pero”, que me niega dos veces al ritmo del intermezzo conspirativo del gallo, pues así me lo dijo; muy seria; la luz que se apaga de la mano de la mostaza que se despide, ya que, esta amaneciendo. Entonces, siento, me han negado tres veces.

Si no duermo, no hay mañana.

La oscuridad le levanta la falda a mi soledad…;

y me siento más solo, ¿quién me rescata de esta yurta?;

y yo tengo que soportar los gemidos.

Déjame rascarme la cabeza con la pistola, Teresa de Calcuta.

Era una madrugada sumisa como yo a la orden de la madrugada. La mostaza se había convertido en esencia de mora, el fondo en un claxon de camión colgado de una nueva espera, que se dormía en la aaaanzaaaa de mi parpadeo. Pues entonces, ya había logrado parpadear… Era una madrugada ponzoñosa, y vendía caramelos que nunca vendía, porque se los comía ella misma para amortiguar el dolor de su despedida. Masacro mi carcasa. Una vez más está resurgiendo el yang y los pajarillos alternan con los primeros carros del nuevo día, la nueva mañana que no es de mañana, sino aún de mi hoy, porque aun no he dormido. Pero… (algo así como un “pero de luz”, cantando en lo profundo del túnel), Teresa de Calcuta, me cambia la pistola por un piano. Y de este piano, nacen las primeras notas de mi sueño, adagio de Albinoni, la nebulosa de la puerta del mundo onírico besando mis manos. Y de pronto se me vienen a la mente unos labios carnosos…

Por:

ECO

Mi princesa

Esta es la única historia de un guerrero llamado Elton, cuya arma era su viejo lápiz; y el escudo, su libro en blanco por escribir. Elton era huérfano de padre y madre… ambos fallecieron en la segunda guerra mundial, al intentar evitar terrible catástrofe… el juró desde aquel día, seguir el legado…

Viajó por diferentes continentes… llevando mensajes de esperanza a gente desdichada, con derechos olvidados… enseñándoles el camino y la salida a la miseria…  sin embargo la injusticia y el egoísmo abundaba, algunos preocupados por tener más, mientras muchos otros, luchando por sobrevivir, en un mundo inundado por el materialismo y el consumismo, por la moda y los vicios, por el deseo de superioridad ante el semejante…

Elton se sentía impotente… sabia que acabaría su vida intentando un cambio… mas no sabia si lo conseguiría… necesitaba un regalo divino… esa energía que le impulsara a seguir luchando.

Después de unos años… y tras muchos viajes… llego a la ciudad de París… donde nunca pensó, encontraría el tesoro anhelado… era lo mas bello que sus ojos pudieron haber visto hasta entonces,  pudo ver la pureza de el alma de aquella joven Francesa,  la joven princesa Rousse, que le dio a su vida, con una simple sonrisa esa energía que el necesitaba para seguir con su misión… esa mujer delicada… pereció ante su entorno… las desdichas y conflictos de familia, conllevaron a la perdición de aquel bello ángel … Elton busco desesperadamente redibujar esa sonrisa, pero no lo logró … Rousse cayó profundamente enferma… y solo había una esperanza de vida para ella … Alguien debía llevarle en 24 horas Agua del manantial Sagrado de Jandoris, ubicado en un oculto bosque del áfrica, Elton emprendió la misión y partió en búsqueda del remedio, el sabía como llegar hasta él, sin embargo no estaba seguro si conseguir aquel líquido sagrado seria gratis…

Al llegar al manantial, con la ayuda de amigos locales, Elton intento guardar un poco del agua… pero esta se desvanecía… En unos instantes apareció un místico ser llamado Sahanta, el cual pedía una vida a cambio del agua… Elton ofreció su vida, y en cuanto Rousse bebiera del agua de Jandoris, Elton en cuestión de segundos perdería la vida…

El valiente guerrero llego a las 22 horas posteriores a su partida, con el líquido en mano, y las lagrimas desbordándole, pidió perdón a sus padres, por no cumplir con su promesa, y no espero mas para darle de beber a Rousse, aquel liquido que la devolvería a la vida… Rousse despertó asustada y encontró a Elton de rodillas frente a ella, lo miró con extrañeza…pues solo lo conocía de lejos… La vida se le iba a Elton, y mirándola con una sonrisa en los labios, se presentó y le pidió que jamás olvidase que El amor verdadero, es la única esperanza de todas las naciones…  que el la amo a ella… como amo a cada uno de los seres humanos de esta tierra, pero que no alcanzo su vida, para entregársela a todos…  de lo contrario, no lo hubiera dudado…

Rousse le abrazo y besó… y Elton se elevo como estrella fugaz, el cielo oscureció y la tierra se iluminó, una lluvia tibia alcanzo a todos los seres humanos, y las tristezas se fueron, el odio desapareció… y La muerte de aquel guerrero…  Les devolvió a los hombres, lo que hace mucho tiempo habían perdido… La sensibilidad.

Por:

Suarez Reyes

Globaldesamor

Es complicado vivir en Un mundo con fronteras abiertas

… y sentimientos enclaustrados!

El odio aprovecha los agujeros del alma

Para enseñarle al hombre a perder la calma…

Solo tormentas en tierras arrasadas por guerras

Madres cargando en sus brazos a hijos descalzos

Y al otro extremo, pequeños mostrando vanidosos

Los lujos innecesarios y escasos

Globaldesamor… vas mostrando día a día

La aniquilación del sentimiento más bello

Por el mortífero ego de países extremos…

Y la impotencia de pueblos enterrados…

Claman vivir… claman una oportunidad…

Globaldesamor… dales eternidad sin dolor

Poder traspasar su fúnebre sepulcro

Para un mundo con justicia y amor….

Por:

Suarez Reyes

Es complicado vivir en Un mundo con fronteras abiertas

… y sentimientos enclaustrados!

El odio aprovecha los agujeros del alma

Para enseñarle al hombre a perder la calma…

Solo tormentas en tierras arrasadas por guerras

Madres cargando en sus brazos a hijos descalzos

Y al otro extremo, pequeños mostrando vanidosos

Los lujos innecesarios y escasos

Globaldesamor… vas mostrando día a día

La aniquilación del sentimiento más bello

Por el mortífero ego de países extremos…

Y la impotencia de pueblos enterrados…

Claman vivir… claman una oportunidad…

Globaldesamor… dales eternidad sin dolor

Poder traspasar su fúnebre sepulcro

Para un mundo con justicia y amor….

Pecándole a tu amor

A miles de kilómetros y tan cerca de ti…

absuélveme el pecado de amarte en demasía

y quiera castigarme el fortuito destino …

desprendiéndome sutilmente de mi alma

Antes que seguir pecando con el amor mío

acaso no es menester la existencia de tu nombre?

Si la sutil luna al rudo sol no corresponde

He de merecer ser correspondido sin darte motivos?

En tormentas nadaría … en huracanes volaría ..

si eso tu me pides ya las fuerzan sobrarían ..

basta una mirada .. Una sonrisa tuya… Desplazándose en el aire

en un fénix o en delfín he de transformarme para contemplarte…

Por:

Suarez Reyes

Sin tiempo

La vieja ventana sin vidrios, enmarcada en madera, dejaba ingresar las pelusas, el polvo y los rayos del sol, que brillaba sin piedad afuera, sobre las cabezas encorbatadas, los cascos obreros y las oxidadas máquinas de demolición que esperaban ser encendidas. A pesar de eso, parecía ser de noche dentro de la casona con ventanas de madera y cortinas apolilladas, siempre lo había parecido, era un lugar sin tiempo cayéndose a pedazos.

Llamaron a la puerta.

En la casa, un hombre tan antiguo como ella estaba a punto de perderlo todo. Oyó los tres golpes en la entrada al mismo volumen que los latidos de su corazón, uno tras otro, cazando el silencio que hasta entonces reinaba. Los golpes cesaron, el silencio vino otra vez, el sujeto inmóvil, sonrió.

Pasaron los minutos, los rostros en trajes de oficina se pusieron rojos de rabia. Los golpes en la puerta aumentaron de frecuencia e intensidad. La prórroga se venció, no podían esperar más, la modernidad nunca espera, ordenaron tocar una última vez la puerta. No obtuvieron respuesta y dieron la orden final: Las máquinas de demolición despertaron hambrientas de escombros.

En las sombras, el hombre sonrió una última vez. «Hace tiempo que nadie tocaba la puerta», pensó.

Por:

B3

Murciélagos

…fue cuando abrió las ventanas de su habitación para ver la Luna en su inmensa hermosura, verla radiante y resplandeciente, verla fijamente como si fuera la última vez. Y sí, lo fue.

Entraron mil millones de murciélagos a la caverna del huesudo anciano que los había criado como mascotas, como hermanos. La edad que aparentaba era la que precisamente había dejado en las vidas de tales animales. Los ojos pálidos, celestes, muertos; los pocos cabellos que le poblaban el cráneo se vestían de un luminoso blanco, un blanco que relucía entre la oscuridad del desierto de sombras que alimentaban su hoyo.

La infinita melodía de los chillidos advertían la próxima visita del astro rey diurno por naturaleza, aquel que terminaba de carbonizar sus últimos alientos de vida pero que también reunía a los animales en un complot rítmico, armónico en el acto de solidaridad natural que el planeta haya visto, pintar una eterna sombra de protección al caduco. Y mientras eso, el anciano meditaba: pensaba en el día en el que tuviera que luchar contra los rayos de la mañana, pensaba que quizás no tendría porqué luchar pues la única manera de salir de ahí era llamando a la población por su fétido olor a cadáver, pensaba en lo que dejó en el mundo real, pensaba en el perfume a flores de su cabello, en como se movía mientras el viento le soplaba con cadencia, lentitud, paciencia, como si éste se hubiera enamorado de él. Pensaba en la aberración que le tenía al amanecer, deseaba que fueran tardes, y que las tardes noches y que las noches mueran en su oscura tristeza de ver a la Luna y las estrellas sin ni siquiera poder asomarse un poco a sus espectros.

Así era como pasaba el tiempo el encorvado viejo, pintando recuerdos en el espacio, dibujando sonrisas en las paredes de la fortaleza, acariciando sus pellejos, besando las patas de sus endemoniadas compañías, susurrando quejidos de grandeza en la más profunda penumbra de la vida, en el eclipse total de su existencia, donde la vida se había vestido de luto, donde los gritos de desesperación clamaban sordamente en el vacío hondo de sus entrañas que brotaban al exterior en un furor ovacionado por la multitud extinguida por los años, por los años, donde se encontraban sus ganas ambiciosas de destrucción y la tierna idea del futuro de sus inseparables mamíferos.

¿Qué esperanza le queda, entonces, a un ser que ha renunciado irrevocablemente a su existencia?

El final será el camino hacia el valle de la muerte.

¿Pero es que alguna vez tuvo vida?

Alguna vez. Cuando en sus ojos brillaba el reflejo de un día nuevo, cuando sonreía y corría por los verdes campos de algún lugar. Donde la brisa lo alzaba hasta poder acariciar las nubes, hasta donde nunca antes ha llegado la euforia de sentirse vivo.

Pero, ¡Dios lo libre de los recuerdos crueles que lo azotaban cada segundo! Como si el hecho de inhalar le reventara los vasos sanguíneos nasales con las memorias sueltas en el aire. Cualquier criatura hubiera terminado por culminar su vida en tales circunstancias, pero no, matarse es de cobardes. ¡Pero yo no soy ningún cobarde! Yo soy un ser que simplemente se refugió en las sombras y buscó compañía, ¿acaso no estoy en mi derecho? ¡Exijo mis derechos! Prefiero vivir con mis hermanos y verlos de cabeza a ver tantos seres humanos como se hacen llamar matándose. Matándose… matándose. Yo vi morir a mi mamá, mi papá y mis hermanos (pensaba mientras sonreía). Sí, yo los vi morir mientras el perro se comía sus vísceras y mi abuela cocinaba el cerebro de papá. ¡Ay de esos tiempos! ¡Tiempos que nunca volverán!… no volverán, no volverán… (Lloraba).

¡Ya, ya! Tranquilos, tranquilos hermanos, tranquilos. Beban, beban toda mi sangre hasta que mis ojos se cierren, hasta que mis ojos se cierren. Hasta que mis ojos.

Después, los murciélagos hambrientos, emigraron a otra caverna a buscando alimento fresco, nuevo, pero sobretodo, vivo; la anterior, se había extinguido.

Aquel día, después de la brutal carnicería familiar y aún con apariencia humana, se levantó de su cama…

Por:

Diego

Hibernando

Hibernando,

me encuentro ya, en un largo sueño

¡Ay! de quien se atreva a levantarme

esta vez déjenme descansar en paz

R

I

P

Desafinando,

nota tras nota,

intento tras intento

¿será que en verdad soy idiota en esto?

DO

RE

MI

FA

SOL

LA

SI

Equilibrando,

aquél pedazo de cemento

con la más hermosa gota de lluvia

hacen una masa perfecta…

50

50

Purificando,

destilando hasta la más mínima gota

“clorificando” hasta la más microscópica impureza

limpiando el polvo superficial que es lo que más friega…

C

L

O

R

O

X

Por:

Minerva de la noche

Calambres

Calambres sentimentales

se me endurece el miocardio

mientras se derrite mi alma

a causa de mi inevitable estrógeno

A desmayos por apoplejía me acostumbré

a la inconsciente sabiduría de un médico payaso

y de mi doctrina masoquista, con dolores extremistas

y rasguños con sabor a miel.

Punzadas punzo cortantes

y un dolor en la pierna escalofriante

¿acaso me estaré muriendo?

o será mi transformación a causa de la hibernación

Y comenzó la fiebre del décimo quinto día

paños de agua helada con urgencia, ¡Necesito mi medicina!

no me den hierbas con sabor a melancolía

es suficiente con una inyección de adrenalina

El suero se me está acabando

pronto me darán de alta

no sé si esté preparada

pero por si la dudas vacúnenme contra la amargura.

Por:

Minerva de la noche.

Bienvenido

Desde el agujero negro donde habitan restos de sentimientos, pasiones, pensamientos, de vez en cuando algunas lágrimas y uno que otro deshecho (biodegradable por cierto) y todos los derivados a los que estos nos conllevan, les damos la bienvenida a nuestro Cosmos, a nuestro Universo distorsionado pero real y maravilloso , a la más rica mezcla de mentes frescas y alunadas, a nuestras constelaciones de suspiros, a nuestras tertulias intergalácticas. Te invitamos a embarcarte a la nave de la imaginación y a que te dejes guiar por nosotros, por el Cosmos y que seamos uno, tú y nosotros.

Cosmopueblo.

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